domingo, 28 de noviembre de 2010

Analistas extranjeros, más optimistas sobre china que los locales


En la grabación de un debate para un programa de televisión (CBN – China Business Network) participaron junto atres emprendedores y tres profesores de universidad chinos,  Kenichi Ohmae (más de 20 años socio en McKinsey), Finn E. Kydland (premio Nobel de economía en 2.004) y Pedro Nueno (profesor de IESE y presidente de CEIBS). Otra ocasión para acercarse de primera mano a visiones reputadas sobre el rumbo económico de China.

Ohmae, que fue el que más participó, habló sobre la descentralización hacia los ayuntamientos de 1.998 que se llevó a cabo en China. Con ella se consiguió que los municipios compitieran en desarrollo. Dicha descentralización es una de las claves de lo que ha pasado en China.

Al mismo tiempo, para el japonés, un factor clave en el futuro es cómo se gestionará la salida del campo de unos 693 millones de personas que faltan por salir del sector agrícola. Según sus estudios, para que China alcance la productividad agrícola de Estados Unidos, bastan 7 millones de personas trabajando en el campo, cuando hay ahora mismo 700 millones. Gestionar este inmenso cambio es un reto muy importante para China.

Otra de las observaciones en las que reparó fue la importancia del desarrollo de China para su propio país: Japón. El desarrollo de China constituirá un mercado aún más fuerte al lado de Japón, y esto constituye una gran oportunidad.

Advirtió también que la academia americana se pasó los años 80 diciendo que Japón dominaría el siglo 21 para luego segar la hierba bajo sus pies. Subrayó la misma tesis que se comentaba días atrás en este blog dando cuenta de una charla de Alfredo Pastor, y es que sólo en los últimos años históricamente China ha estado económicamente detrás de Japón, y lo que está sucediendo es una “vuelta a la normalidad”.

Por último Ohmae, muy explícito y cómodo en el escenario, nos recordó una idea recurrente cuando se habla de China. Su competencia no es ni Estados Unidos ni Japón, sino los países de gran población, joven, y emergentes. Es decir India y Brasil.

Por parte de los emprendedores chinos, llamó la atención cómo les parecía que el desarrollo tecnológico y en productividad puede generar paro, y debe, por tanto, hacerse de manera progresiva. Coincide esta preocupación con la que señalaba Ohmae sobre el excedente de mano de obra de 693 millones de personas que sigue en el campo. Pedro Nueno considera que clave del éxito chino es que este país está muy bien gestionado.  Quedó en el aire una pregunta que no pude formular pese a tener el micrófono en mi mano mucho tiempo... cómo, si el factor “gestión” del país realmente juega un papel tan relevante, podemos garantizar que siga gestionándose bien en el futuro. Y cuál sería la prima de riesgo al respecto. Es decir, qué probabilidades hay de que la gestión se deteriore. Queda pendiente para próximas ocasiones.

Discrepó con Ohmae en que necesariamente se vaya a revalorizar tanto el Yuan, y, además, según su visión, China ya está innovando y creciendo en productividad sin necesidad de que sus productos sean más caros por tipo de cambio de forma repentina. Vemos aquí que es complicado llegar a consensos de análisis por lo que  el debate continúa.

El Estado y su liderazgo pueden llevarte a salir de la pobreza, pero en una fase posterior deben entrar en acción los emprendedores. Este fue un mensaje estructural de Finn E. Kydland que se puede aplicar directamente a China. Otro gran cambio a gestionar.

En términos generales, era llamativo y lo preguntaban los participantes chinos, el hecho de que el optimismo en relación a China es superior fuera que dentro del país. Los mismos chinos preguntaban a los tres ponentes extranjeros: por qué. ¿Por qué creéis tanto en las posibilidades de este país? ¿No creéis que la desigualdad, indicadores de calidad de vida, el uso ineficiente de recursos son graves problemas para el futuro de China?

Nueno contestaba con un programa que nos suena familiar a los españoles. China puede abrir su economía, privatizar progresivamente, y mantener unas finanzas públicas sólidas para asegurar la salud de su proyecto.

El mundo al revés en este debate. Un finlandés, un japonés, y un español defendiendo en un plató chino de televisión la capacidad de este país para seguir creciendo en el futuro ante 6 chinos. China no puede caer en la auto-complacencia. En ese punto  hubo cierto consenso. Un país no puede pasar del complejo de inferioridad a la autocomplacencia de forma descontrolada. En eso, precisamente, tal vez podemos explicarles algo los españoles a los chinos.

Incertidumbre mundial


Los análisis y proyecciones sobre la economía mundial se caracterizan por la prudencia, cautela, mesura y ponderación. No soplan buenos vientos para aventurar hipótesis audaces. Todavía hay incertidumbre sobre las grandes potencias.

El 2010 demostró que una recuperación mundial sostenida, equilibrada y sólida no sería una tarea fácil. Hasta mediados del año, las economías avanzadas parecían reaccionar positivamente a los estímulos de sus gobiernos, pero esa estrategia no cuajó en los meses siguientes, y las expectativas, en muchos casos, se fueron abajo.

Según el informe de Perspectivas Económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB mundial se expandirá 4,8 por ciento en 2010 y bajará a 4,2 por ciento en 2011, con riesgos predominando a la baja. Por su parte, el PIB de las economías emergentes y en desarrollo crecerá 6,4 por ciento en 2011, mientras que para las economías avanzadas se proyecta un 2,2 por ciento, con peligros de una desaceleración considerable de algunas de ellas durante el primer semestre.

El panorama de la economía global está marcado por contrastes. En Estados Unidos se percibe una recuperación lenta y supeditada a los resultados de los planes de estímulos monetarios que adoptó la Reserva Federal (banco central) y que van hasta marzo del próximo año. De acuerdo con el FMI, el PIB estadounidense está cerca de los niveles registrados antes de la crisis, pero muy por debajo de las tendencias observadas antes de ella. La actividad económica de la primera potencial, se desaceleró, y el consumo está creciendo a tasas muy bajas. A pesar de la inyección de liquidez que ha hecho la Fed esto no ha generado una recuperación sólida y sostenida del empleo, y la actividad en el sector inmobiliario sigue siendo muy débil.

Para 2011, la mayoría de analistas coincide con el pronóstico del FMI, que indica un crecimiento de 2,3 por ciento, menor al 2,6 por ciento que se espera para este 2010.

Las perspectivas en Europa no son más alentadoras y también están sustentadas en los resultados que tengan las medidas de ajuste fiscal que han emprendido algunos países de la Eurozona que han tenido dificultades este año, como Grecia e Irlanda. La turbulencia de la deuda soberana ocurrida en el segundo trimestre de 2010 puso en peligro la recuperación en toda la región.

La propagación de la crisis hacia otros deudores de la zona del euro, como España, mantiene la alarma en el Viejo Continente. Según el FMI, es probable que estos problemas presupuestales y de competitividad, que deberán solucionarse simultáneamente en un entorno externo cada vez más frágil, tengan un fuerte impacto sobre el crecimiento. Las proyecciones del organismo para el PIB de la zona del euro son de 1,5 por ciento para 2011, frente al 1,7 por ciento que estima para el cierre de 2010.

En cuanto a Asia y en particular China, los analistas creen que su economía se desacelerará el próximo año, para evitar problemas con la inflación que viene en ascenso, pero este seguirá siendo el motor del crecimiento mundial. El FMI prevé que la economía del gigante asiático alcanzará un promedio de 10,5 por ciento en 2010 y de 9,6 por ciento en 2011, impulsado por la demanda interna. Está prevista para 2011 la eliminación gradual del estímulo fiscal.

Ahora bien, muchos se preguntan si el ajuste de China provocará un aterrizaje duro que afecte el crecimiento de las economías que vienen estimuladas por la alta demanda de materias primas y los llamados commodities. La División de Investigación Económica del Bbva descarta que el ajuste tenga este impacto, pues considera que continuará el apoyo de la política fiscal y las tasas de interés reales seguirán en niveles bajos.

Frente a América Latina y el Caribe, las proyecciones del FMI para 2011 indican un crecimiento del 4,0 por ciento frente al 5,7 por ciento en el año que está terminando. La región se ha recuperado notablemente, encabezada por Brasil, que registra un crecimiento del PIB real de casi 10 por ciento desde el tercer trimestre de 2009 y cuya economía muestra ahora señales de recalentamiento.

Aunque hay un amplio consenso en que continuará el impulso en toda la región, el crecimiento no seguirá al mismo ritmo. Según un reciente estudio del Instituto Brookings de Washington, el entorno internacional no es tan favorable hoy para América Latina como lo era antes de la antesala de la crisis. Eduardo Levy-Yeyati, coautor del estudio, considera que la idea de que esta será la década de América Latina no es tan cierta y anticipa que será nuevamente la década de Asia.

En síntesis, durante el próximo año todo el mundo estará pendiente del impacto de la expansión monetaria de Estados Unidos, de los planes de choque de los países de la eurozona, de la manera como China controle su inflación para no frenar su crecimiento y de cómo América Latina saque provecho de todos estos factores. No será un año para ir a dormir en paz, pero tampoco será un tiempo de pesadillas.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Los nuevos ricos chinos


Según la Academia China de Ciencias Sociales, ya existen unos 10 mil empresarios chinos que han superado la barrera de lO millones de dólares cada uno. Si uno toma en consideración la corrupción y la economía informal, probablemente la cifra sea varias veces mayor. Y los nuevos ricos chinos, como sus antecesores en los Estados Unidos y Gran Bretaña a finales del siglo XIX, presumen de su fabulosa riqueza a los cuatro vientos. Uno de los nuevos millonarios, Zhang Yuchen, no sólo construyó una réplica del Cháteau Maisons-Lafitte de París, erigido en 1650 por el arquitecto francés François Mansart sobre el río Sena, sino que lo “mejoró” —según dijo— agregándole un jardín de esculturas copiado del palacio de Pontainebleau. “Me costó 50 millones de dólares, porque quisimos hacerlo mejor que el original”, se ufanó Zhang. Otro supermilionario pagó 12 mil dólares por una mesa para la cena de fin de año en el restaurante South Sea Fishing Village, de la provincia sureña de Guangdong. El resto de las mesas de año nuevo del restaurante valían 6 mil dólares. Cuando la noticia salió en la prensa, durante mi estadía en China, otro restaurante quiso sumar-se a la ola publicitaria y anunció que ofrecía su mesa principal para la noche de año nuevo por 37 mil dólares. Entre otros manjares, el restaurante de Chongking, en el sudoeste del país, ofrecía una sopa de gallina cocinada con un ginseng de cien años de antigüedad. Tan sólo la sopa costaba 30 mil dólares, se ufanó el restaurante.

 En el Changan Boulevard, el tráfico es tan denso como en las otras ciudades más pobladas del mundo, si no peor. De los 13 millones  de habitantes de la capital china, unos 1,3 millones ya tienen automóviles. Y muchos de los coches que circulan por la Changan son Audi. —el favorito de los empresarios y altos funcionarios, que cuesta unos 60 mil dólares—, Volkswagen Passat y Honda. Según el China Daily, el periódico destinado a la comunidad de extranjeros en China, las ven-tas de automóviles de lujo se han disparado en los últimos cinco años: Mercedes Benz ya vende unos 12 mil por año, BMW alrededor de 16 mil, y Audi unos 70 mil. La demanda interna por autos de lujo ha crecido tanto que Mercedes Benz se ha asociado con un grupo chino para montar una planta que a partir de 2006 tendrá capacidad para fabricar unos 25 mil Mercedes por año en China.

 Y la gente por las calles parece mejor vestida que en Nueva York o Londres. Gracias a la gigantesca industria de la piratería, por la cual los chinos producen un porcentaje de sus bienes por encima de los pedidos de sus clientes, y luego los venden en China y en el mercado negro internacional por una fracción de su precio, la gente en las calles de Beijing y las otras grandes ciudades parece estar estrenando ropa constantemente, como si el país entero estuviera saliendo de las navidades todas las semanas. Los chinos han cambiado el traje Mao por el Armani pirateado, o alguna de sus versiones locales. Hasta en los barrios de clase media baja y pobres de Beijing, uno ve gente en ropa barata, pero casi siempre nueva. La primera impresión de cualquier visitante en Beijing, sin dudas, es de perplejidad total por la rapidez y el entusiasmo con que un país que hace tan sólo veinte años era conocido por sus hambrunas y su cerrazón al resto del mundo se ha convertido del comunismo al consumismo. Y, como me lo señaló Xu Yiiin, un veterano traductor que había pasado los mejores años de su vida en Cuba traduciendo a Mao al español, la segunda impresión de Beijing a menudo es de aun mayor asombro que la primera: “La gente que vuelve después de cuatro o cinco años no puede creer todos los nuevos edificios y avenidas que se han construido. Aquí, las autoridades municipales deben rehacer los mapas cada seis meses”.

China regula y controla su economía


El crecimiento exponencial de China no es accidental ni casual, pero demanda un efectivo control  de todas sus variables para evitar lo que muchos advierten cuando una economía  registra altos niveles de crecimiento. Y así como ocurrió con los Estados Unidos y España, el objetivo es controlar una posible burbuja financiera.
Para ello, China anunció que implementó una reducción del excedente comercial  al mismo tiempo que se desaceleraron sus exportaciones. Ambas medidas son complementarias a una serie de disposiciones para controlar la increíble escalada del país. En el mes de agosto, el superávit retrocedió a 20.000 millones de dólares cuando el mes anterior el registro había superado los 28.000 millones.
Funcionarios chinos aclararon que el retroceso de las exportaciones no es resultado de la economía, sino de correctas medidas para evitar un calentamiento y para prolongar el crecimiento a un plazo más extensible sin correr riesgos.
Además, se comenzaron a controlar los créditos y la venta de viviendas, para evitar rumores en los mercados y cuidar el sector inmobiliario, el mismo que explotó en territorio estadounidense y afectó a todo el mundo.

China no tiene límites, Estados Unidos retrocede


Si existe un tema a analizar en el mundo de la política, las finanzas, la economía y el mundo es el presente de las dos potencias del mundo. Por un lado, los Estados Unidos, cuyo presidente Barack Obama atraviesa su peor momento porque acaba de perder las elecciones legislativas, consideradas como el referéndum o la aprobación o no de su gestión.
Por otro lado, China es la segunda potencia  económica  mundial detrás de Estados Unidos y amenaza con transformarse en la primera en los próximos tiempos. Y además, acaba de obtener la máxima calificación por parte del Banco Mundial en uno de sus últimos exámenes.
Esto da cuenta de la gran diferencia que separa a ambas naciones. La de occidente quizá atraviesa su peor crisis de la década de 1930, con un presidente afroamericano que asumió con una gran adhesión popular, con gran expectativa mundial, recibió un Premio Nobel y sin embargo, dentro de sus fronteras, el descontento popular es muy grande.
En Oriente, los asiáticos sólo se dedican a crecer, a generar riqueza y a potenciar una economía que no se detiene. Además, los principales analistas globales aseguran que superará a Estados Unidos para ser la primera nación del mundo.

Según Soros, el poder del mundo será de China


Aunque muchos lo nieguen y se convenzan de la imposibilidad que suceda, todo proceso tiene un inicio y un fin pues, como dice el refrán, nada es para siempre. Y en el mundo de las finanzas internacionales, un nuevo paradigma está naciendo: la caída de los Estados Unidos como centro de poder mundial.
En el mundo de la economía y las finanzas –como en tantos otros- Estados Unidos la única potencia del mundo, sin embargo desde la crisis hipotecaria de 2008 que no logra retomar el camino del crecimiento mientras al mismo tiempo sufre el avance de la economía china, que ya superó a Japón y hoy es la segunda potencia del globo.

China endurece la legislación inmobiliaria




. China ha endurecido la normativa relativa a la venta de suelo para promotores en su último intento por contener la sobrecompra del mercado.

Las nuevas normas incluyen la obligación de pagar una entrada mínima del 50% en compras de terrenos del gobierno y la construcción de vivienda pública barata y el desarrollo de zonas suburbiales con el fin de frenar la escalada vertiginosa de los precios.
Anteriormente, los gobiernos locales pedían a los promotores una entrada del 20 al 30 por ciento del valor del terreno en las compras de suelo del gobierno. La nueva norma también obliga a los promotores a pagar completamente las compras del gobierno en un periodo de máximo de un año a partir del contrato de venta, con una ampliación de un año permitida para ciertos "proyectos especiales".

No se permitirá a los promotores comprar suelo de nuevo si no han pagado anteriormente en los plazos correspondientes, según hizo público el Ministerio de Finanzas, el People's Bank of China, el Ministerio de Vivienda y Recursos, la Oficina Nacional de Auditoría y el Ministerio de Supervisión.

La nueva norma también exige a los gobiernos locales que queden reflejados exhaustivamente los procedimientos de venta de suelo en sus presupuestos y les prohíbe realizar descuentos a promotores o permitir a los mismos retrasar los pagos.

El precio del suelo urbano creció a su mayor tasa en 16 meses el pasado noviembre, subiendo un 5,7% más que el año anterior.

Las subastas de suelo de los gobiernos locales serán organizadas de un modo mucho más estricto que antes para cumplir con el gobierno central.

Por otra parte, el gobierno ha abolido una reducción en los impuestos sobre los inmuebles que introdujo el año pasado para apoyar el mercado de la construcción durante la crisis financiera. A partir de este año, las ventas de viviendas de personas físicas se verán exentas del impuesto sólo tras un periodo mínimo de propiedad de cinco años. Este periodo se había reducido a dos años en enero de 2009.

China se convierte en el primer mercado de automóviles del mundo


Con más de 10 millones de vehículos particulares vendidos el año pasado, el país reafirma su puesto de primer mercado de automóviles mundial. Se hace así con el trono que ocupaba hasta ahora Estados Unidos.

Si se tienen en cuenta todos los vehículos vendidos (autobuses, camiones, vehículos), la cifra se eleva a los 13,64 millones, lo que supone una subida del 45% respecto al año anterior. Al lado de estas cifras, las ventas estadounidenses palidecen. El sector del automóvil en EE.UU. sufrió en 2009 un retroceso del 21%.

El sector del automóvil en China se ha visto beneficiado por una bajada del 10% hasta el 5% del impuesto de compra de vehículos nuevos con motores de cilindrada igual o inferior a 1600 cc. Se puso en marcha además un plan de 574 millones de euros de subvenciones para incentivar la compra de vehículos en las regiones rurales.

El potencial del mercado chino juega también un papel crucial en estos resultados. De 1.000 millones de chinos, el 50% de los compradores obtuvieron su permiso de conducir hace menos de 5 años. Aproximadamente un 5% de las familias chinas cuenta con un vehículo, frente al 80% de las familias de EE.UU.

Aunque los fabricantes estadounidenses pueden estar decepcionados por haber perdido el primer puesto a nivel mundial, se pueden sentir reconfortados por el peso importante que ocupan sus empresas en China. General Motors es el primer fabricante extranjero del país con 1,83 millones de vehículos vendidos en 2009, lo que supone un 67% más que en 2008. El fabricante se apoyó en los buenos resultados de sus marcas Buick, Chevrolet y Wuling. Ford también ha visto aumentar sus ventas un 44% en un año. El fabricante estadounidense anunció en septiembre de 2009 su voluntad de incrementar su presencia en el territorio chino con la construcción de una nueva factoría. Ford vendió en China 440.619 vehículos en 2009.

En lo relativo a las compañías europeas, Volkswagen obtuvo unos buenos resultados en 2009, con 1,4 millones de automóviles vendidos, lo que significa un incremento del 36,7%. Las marcas francesas todavía están lejos de estas cifras. En el caso de Peugeot Citroën, se alcanzó una cifra de vehículos vendidos de 272.000 en 2009.

En todo caso, China pretende reforzar su propio mercado, como atestigua la compra de Volvo por parte de la compañía china Geely Holdings el pasado diciembre. Ford decidió vender a ésta su filial sueca por 2.000 millones de dólares.

China "ya es la segunda economía mundial"



Un funcionario de alto nivel de Pekín dijo que China superó a Japón y se convirtió en la segunda mayor economía del mundo.


La declaración no fue confirmada por organismos internacionales.

Yi Gang, jefe de regulación cambiaria de China, mencionó el logro en comentarios publicados el viernes en una página de internet gubernamental.

Como explica el especialista en economía de la BBC Mark Gregory, es otro hito que marca China en su ascenso hacia el estatus de superpotencia.

Generalmente se acepta que el año pasado China prácticamente le arrebató a Japón la posición de segunda economía mundial. Por lo tanto -señala Gregory- pocos economistas pondrían en duda el anuncio del jefe regulador de las divisas de China de que ese momento histórico finalmente llegó.

Sin embargo, la declaración no vino acompañada por nuevos datos ni confirmada por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial.

Pobreza persiste

"China, de hecho, ya es hoy la segunda mayor economía del mundo", afirmó en una entrevista con la revista China Reform que fue publicada en el clic sitio de internet de su agencia, la Administración Estatal de Moneda Extranjera.

La carrera china es notable. Su economía creció cerca de 10% al año durante las últimas tres décadas, sacando al país de la pobreza. Sobrepasó a Francia y Gran Bretaña para convertirse en la cuarta economía en 2005 y en 2007 le arrebató la posición número tres a Alemania.

Según el Banco Mundial y otras entidades, para 2025 China superará a los EE.UU. y será la mayor economía del mundo.

Pero vale la pena aclarar que ese logro será en virtud de su vasta población: en términos de renta per cápita, los chinos seguirán siendo mucho más pobres que los habitantes de las potencias industriales ya establecidas.

Yi Gang, el funcionario que hizo los últimos comentarios, dice que China sigue siendo una nación en desarrollo y cree que aún no llegó el momento para que el yuan chino -que actualmente no se intercambia libremente excepto para propósitos comerciales e inversión extranjera directa- sea una de las principales divisas internacionales.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Boudou: "me dan mucha lástima"

SEUL, China.- El ministro de Economía, Amado Boudou, describió hoy como una dilación la decisión de la Cámara Baja de devolver a comisión el proyecto de Presupuesto 2011 y aseguró que el Gobierno instrumentará todos los mecanismos necesarios para administrar el país.

"No sabemos qué busca la oposición ni con qué propósito. No está marcando el camino hacia dónde quiere ir y lo único que busca es ponerle palos a la rueda del Gobierno", sostuvo, en una rueda de prensa brindada junto con el canciller, Héctor Timerman, en Seúl, donde ambos participan en la Cumbre del G-20.

Boudou recordó que el proyecto de presupuesto fue enviado en tiempo y forma por el Poder Ejecutivo y aunque tuvo un tratamiento bastante dilatado en comisión, esperaba que se apruebe. "Nos da mucha lástima, porque era una oportunidad para que la oposición mostrara que no quería poner palos en la rueda en una cuestión tan importante", dijo. (Télam)

China crecerá un 9,5% en 2010

Según predicciones realizadas por el Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado chino, la economía crecerá un 9,5%, debido a la inversión inmobiliaria y a la tasa moderada inflación.
Actualmente y agradeciendo a medidas como el paquete de rescate económico y la concesión de créditos flexible, lograron salir adelante durante el año pasado con un crecimiento del 8,9% interanual.
Por su parte, la industria de la manufactura y fabricación china crecen a un ritmo constante. El Índice de Gestión de Compras se sitúa por tercera vez encima de los 50 puntos, alcanzando los 56,6.
Este crecimiento a altas tasas puede generar un grave problema para la economía china. Durante todo 2009 se mantuvo una tasa inflacionaria débil, hasta podríamos decir que deflacionaria. Si el crecimiento logra alcanzar el 9,5%, el país oriental teme que las tasas inflacionarias se disparen exponencialmente.

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China lleva la delantera y sobretodo lo refleja, su Producto Interior Bruto (PIB) que llegó a crecer durante el primer trimestre 8,06 billones de yuanes, 880.000 millones de euros, un 11,9% más que en similar periodo de 2009.
La Oficina Nacional de Estadísticas en Pekín, ofrece datos que señalan que la economía china se encuentra por encima del crecimiento interanual de 5,7 puntos porcentuales registrado durante los 3 primeros meses de 2009, por ese entonces China aún estaba bajo las consecuencias de la crisis económica mundial. Dicho dato significa la mayor subida de la economía asiática desde el segundo trimestre de 2007, en ese año el crecimiento era de más de 12 puntos porcentuales.
Mientras que, las ventas del comercio minorista subieron en los 3 primeros meses de 2010 el 17,9%, y los precios al consumidor subieron un 2,2% respecto al primer trimestre de 2009 además de que las inversiones en activos fijos subieron el 25,6%.
Estos números demuestran que, la economía china logró manejar la crisis de mejor manera que los demás países, debido a su programa estatal de estímulo y que ha aumentado el volumen de créditos otorgados por los bancos.
Ante estas buenas perspectivas el Gobierno chino prevé un crecimiento nacional del 8% para 2010, subiendo a un 9,5% en las previsiones del Banco Mundial.