domingo, 28 de noviembre de 2010

Incertidumbre mundial


Los análisis y proyecciones sobre la economía mundial se caracterizan por la prudencia, cautela, mesura y ponderación. No soplan buenos vientos para aventurar hipótesis audaces. Todavía hay incertidumbre sobre las grandes potencias.

El 2010 demostró que una recuperación mundial sostenida, equilibrada y sólida no sería una tarea fácil. Hasta mediados del año, las economías avanzadas parecían reaccionar positivamente a los estímulos de sus gobiernos, pero esa estrategia no cuajó en los meses siguientes, y las expectativas, en muchos casos, se fueron abajo.

Según el informe de Perspectivas Económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB mundial se expandirá 4,8 por ciento en 2010 y bajará a 4,2 por ciento en 2011, con riesgos predominando a la baja. Por su parte, el PIB de las economías emergentes y en desarrollo crecerá 6,4 por ciento en 2011, mientras que para las economías avanzadas se proyecta un 2,2 por ciento, con peligros de una desaceleración considerable de algunas de ellas durante el primer semestre.

El panorama de la economía global está marcado por contrastes. En Estados Unidos se percibe una recuperación lenta y supeditada a los resultados de los planes de estímulos monetarios que adoptó la Reserva Federal (banco central) y que van hasta marzo del próximo año. De acuerdo con el FMI, el PIB estadounidense está cerca de los niveles registrados antes de la crisis, pero muy por debajo de las tendencias observadas antes de ella. La actividad económica de la primera potencial, se desaceleró, y el consumo está creciendo a tasas muy bajas. A pesar de la inyección de liquidez que ha hecho la Fed esto no ha generado una recuperación sólida y sostenida del empleo, y la actividad en el sector inmobiliario sigue siendo muy débil.

Para 2011, la mayoría de analistas coincide con el pronóstico del FMI, que indica un crecimiento de 2,3 por ciento, menor al 2,6 por ciento que se espera para este 2010.

Las perspectivas en Europa no son más alentadoras y también están sustentadas en los resultados que tengan las medidas de ajuste fiscal que han emprendido algunos países de la Eurozona que han tenido dificultades este año, como Grecia e Irlanda. La turbulencia de la deuda soberana ocurrida en el segundo trimestre de 2010 puso en peligro la recuperación en toda la región.

La propagación de la crisis hacia otros deudores de la zona del euro, como España, mantiene la alarma en el Viejo Continente. Según el FMI, es probable que estos problemas presupuestales y de competitividad, que deberán solucionarse simultáneamente en un entorno externo cada vez más frágil, tengan un fuerte impacto sobre el crecimiento. Las proyecciones del organismo para el PIB de la zona del euro son de 1,5 por ciento para 2011, frente al 1,7 por ciento que estima para el cierre de 2010.

En cuanto a Asia y en particular China, los analistas creen que su economía se desacelerará el próximo año, para evitar problemas con la inflación que viene en ascenso, pero este seguirá siendo el motor del crecimiento mundial. El FMI prevé que la economía del gigante asiático alcanzará un promedio de 10,5 por ciento en 2010 y de 9,6 por ciento en 2011, impulsado por la demanda interna. Está prevista para 2011 la eliminación gradual del estímulo fiscal.

Ahora bien, muchos se preguntan si el ajuste de China provocará un aterrizaje duro que afecte el crecimiento de las economías que vienen estimuladas por la alta demanda de materias primas y los llamados commodities. La División de Investigación Económica del Bbva descarta que el ajuste tenga este impacto, pues considera que continuará el apoyo de la política fiscal y las tasas de interés reales seguirán en niveles bajos.

Frente a América Latina y el Caribe, las proyecciones del FMI para 2011 indican un crecimiento del 4,0 por ciento frente al 5,7 por ciento en el año que está terminando. La región se ha recuperado notablemente, encabezada por Brasil, que registra un crecimiento del PIB real de casi 10 por ciento desde el tercer trimestre de 2009 y cuya economía muestra ahora señales de recalentamiento.

Aunque hay un amplio consenso en que continuará el impulso en toda la región, el crecimiento no seguirá al mismo ritmo. Según un reciente estudio del Instituto Brookings de Washington, el entorno internacional no es tan favorable hoy para América Latina como lo era antes de la antesala de la crisis. Eduardo Levy-Yeyati, coautor del estudio, considera que la idea de que esta será la década de América Latina no es tan cierta y anticipa que será nuevamente la década de Asia.

En síntesis, durante el próximo año todo el mundo estará pendiente del impacto de la expansión monetaria de Estados Unidos, de los planes de choque de los países de la eurozona, de la manera como China controle su inflación para no frenar su crecimiento y de cómo América Latina saque provecho de todos estos factores. No será un año para ir a dormir en paz, pero tampoco será un tiempo de pesadillas.

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