El crecimiento exponencial de China no es accidental ni casual, pero demanda un efectivo control de todas sus variables para evitar lo que muchos advierten cuando una economía registra altos niveles de crecimiento. Y así como ocurrió con los Estados Unidos y España, el objetivo es controlar una posible burbuja financiera.
Para ello, China anunció que implementó una reducción del excedente comercial al mismo tiempo que se desaceleraron sus exportaciones. Ambas medidas son complementarias a una serie de disposiciones para controlar la increíble escalada del país. En el mes de agosto, el superávit retrocedió a 20.000 millones de dólares cuando el mes anterior el registro había superado los 28.000 millones.
Funcionarios chinos aclararon que el retroceso de las exportaciones no es resultado de la economía, sino de correctas medidas para evitar un calentamiento y para prolongar el crecimiento a un plazo más extensible sin correr riesgos.
Además, se comenzaron a controlar los créditos y la venta de viviendas, para evitar rumores en los mercados y cuidar el sector inmobiliario, el mismo que explotó en territorio estadounidense y afectó a todo el mundo.
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