El gigante asiático empezó a cometer medidas ya a finales de los 70, pero su gran metamorfosis se produjo a partir de 1990. Desde entonces, China ha pasado de tener una economía eminentemente agrícola a que la industria sea el sector que más aporta al PIB. Un proceso de cambio que ha ido acompañado, además, de la liberalización económica y la extensión de la propiedad privada en detrimento de la pública.
¿Cuáles han sido las fuentes de riqueza de China? Como es bien sabido, esta evolución no ha estado acompañada por una revolución tecnológica (la inversión en capital TIC todavía representa sólo un 0,5 puntos del PIB. Pero en contra de lo que muchos piensan y la fama de currantes que ostentan los chinos, tampoco las horas trabajadas han sido la clave de su despegue. La explosión económica en China ha estado impulsada por la inversión de capital no TIC y la productividad que explican casi el 90% del crecimiento actual.
A estas conclusiones llega un estudio realizado por la Fundación BBVA y el Ivie titulado "Las fuentes del crecimiento económico en Asia", que detalla la trayectoria de crecimiento económico de los países asiáticos desde 1960.
En este camino, China ha logrado desbancar a Japón como la economía más importante de Asia y también arrebatarle su puesto número dos en el ranking mundial. A continuación, un repaso histórico al desarrollo económico de China.
CHINA: ASÍ SE LEVANTÓ EL GIGANTE ASIÁTICO
Década de los 70
La historia de éxito que protagoniza hoy la economía china empezó en los años 70 con una serie de reformas pro mercado tras la muerte de Mao.
Las primeras medidas afectaron a la agricultura, el sector más importante por aquel entonces. En 1978, se desarrolló la descolectivización de la tierra y la implantación del sistema de responsabilidad familiar, que permitía retener beneficios, junto al apoyo público destinado a extender las tecnologías en este sector, hicieron posible la mejora de la productividad agrícola.
La liberalización en China fue muy especial porque se basaba en un sistema de precios dual. Es decir, una parte de la producción estaba sometida a cuotas y precios fijos controlados por el Estado y el resto se regía por el mercado. La liberalización fue ampliándose poco a poco y ya a mediados de los 90 la mayor parte de la producción se regía por el mercado.
Final de los 80
A finales de los años 80 y principios de los 90, el lanzamiento de la Estrategia de Desarrollo Costero favoreció la creación de núcleos industriales exportadores, en los que se ofrecían ventajas a los inversores extranjeros con el fin de facilitar la transferencia tecnológica. Esta iniciativa se extendió después a otras regiones del país.
En los 90 pisa el acelerador
Esta etapa comienza con la apertura de la Bolsa de Shanghái, un hito que precede a un periodo clave para China, ya que se profundiza en la reestructuración y privatización de las empresas estatales y comienza a ganar peso en Asia y en el mundo.
Entre 1990 y 1997 China creció un 10% de media anual, muy por encima del resto de países asiáticos. Este rendimiento se sustentó principalmente en dos pilares: la intensa acumulación de capital que explicó un tercio del crecimiento y la mejora de la productividad que impulsó la mitad del auge.
El ejercicio 1998 supuso un parón en el dinamismo de la economía china por el impacto de la crisis asiática, pero a partir de 1999 se retomó la senda del crecimiento.
1999-2010: China lidera el crecimiento y se convierte en el gigante
En este periodo la economía china creció un 9,3% de media anual. Y sus bazas fueron a ser similares a las de la etapa anterior: la inversión de capital y la mejora de la productividad (un 4,1% anual).
La mejoría en la eficiencia con la que China utilizó los recursos de su economía "se relacionaría con la reasignación del trabajo desde la agricultura a la industria, así como desde el sector público al privado.
Los últimos datos publicados por la Asia Productivity Organization muestran este giro. En 1980, la producción agrícola representaba un 36,2% de la producción total, y en este sector trabajaba un 67,9% de la población ocupada. En 2007, en cambio, el peso de la agricultura en el PIB había caído al 10% y representaba el 41% del empleo. La industria pasó a ser el sector económico más importante en términos de PIB (el 49,2%).
Todos estos pasos llevaron a China a que su PIB pasará de representar el 16,7% del total del PIB de Asia en 1990 a suponer el 39,9% en 2009. Un ascenso que ha tenido un claro perdedor: Japón. De hecho, como ya hemos mencionado, la economía china superó a la japonesa en 2010 y se alzó como la segunda mayor economía del mundo, sólo superada por EEUU.
Ahora sólo queda ver cómo continúa esta historia de fulgurante crecimiento. Un proverbio chino dice: "Si quieres un año de prosperidad, cultiva granos; si quieres diez años de prosperidad, cultiva árboles; si quieres cien años de prosperidad, cultiva gente". De momento, es el país más poblado de la tierra con más de 1.300 millones de ciudadanos.
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